Saltar al contenido
Home » + Sobre gestión de las emociones

+ Sobre gestión de las emociones

La vida de todas las personas está impulsada por el deseo. En el inicio de un torneo de golf,  todos los jugadores esperamos disfrutar al máximo del juego, pero en cuestión de minutos el jugador puede destrozar su anhelo y su moral. A partir de ese momento, el deseo de disfrutar  puede convertirse en la necesidad de sobrevivir a la jornada.

Cada vez que entramos en el campo de golf representamos el drama de nuestra vida en miniatura. El golf es un espejo que tiene la capacidad casi inmediata, de poner de manifiesto toda la verdad sobre una persona.

En países donde es muy popular como en los Estados Unidos, hay compañías que no contratan ejecutivos sin llevar antes a los aspirantes a un campo de golf para que sin advertirles, sean observados por un psicólogo y así poder observar como actúan en diferentes situaciones:

  • Cómo manejan las crisis
  • Cómo tratan a los demás.
  • Cuánto valor otorgan a la inteligencia en vez de la fuerza bruta.
  • Si rompen las reglas del juego al estar bajo presión. 
  • Y sobre todo, qué piensan de sí mismos.
Disfruta del golf, no lo sufras

Al observar a un jugador encolerizado en el campo de golf, vemos que sus actos pueden ser:

  • Descabellados: intenta golpes de riesgo innecesario fuera de su capacidad técnica o física, determinados por las emociones, no por el juicio.
  • Precipitados: realiza la acción sin estar previamente preparado.
  • Exagerados: no controla las distancias.
  • Abruptos: le pega descuidadamente a la bola.
  • Descoordinados: sus hombros, brazos,  manos y caderas pierden la sincronía.
  • Rígidos: parte de sus músculos se paralizan, causando el bloqueo del swing.
  • Descontrolados: el swing carece de disciplina y precisión técnica.
  • Ofuscados: pierde de vista la bola y el objetivo.
  • Vengativos: quiere vengarse de la bola, del campo, de sus compañeros de partido, así como de él mismo.
  • Violentos: Su intención es agredir a la bola con la mayor fuerza posible.

En definitiva, un jugador impulsado por la furia, podría triunfar en los deportes de contacto, pero nunca en el golf.

“No castigues a la bola sólo porque lo sabe todo de ti”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *